De la austeridad a la miseria
Desgraciadamente ya no es una novedad decir que en este año
se ha producido la mayor agresión a lo púbico desde que existe la democracia en
España. Es un hecho constatado.
El gobierno del PP ha estado usando la excusa de la crisis
para devolver favores, hacer políticas que beneficien a aquellos sectores de la
sociedad que le son más proclives o le auparon hasta el poder o simplemente
imponer su modelo de sociedad autoritario y de derecha rancia.
Algunas muestras de ello: realizó una reforma laboral que
coincide casi enteramente con los deseos de los empresarios. Se empecina en
mantener el hecho diferencial de no cobrar el IBI a las propiedades de la Iglesia. Presenta una
bochornosa amnistía fiscal, que, claro, sólo puede beneficiar a los muy
pudientes. No a los que no tenemos nada que ocultar al fisco.
Pretende cambiar la ley del aborto, de manifestación y va
camino de privatizar nuestra sanidad y empobrecer la enseñanza púbica, favoreciendo
la privada.
Ha practicado una brutal política de recortes y subida de
impuestos que ha perjudicado especialmente a las clases bajas y media,
olvidándose de hacer que los ricos paguen los impuestos que les
corresponderían. Así los ricos ricos de España siguen teniendo su dinero en
SICAV que tributan sólo al 1% de los beneficios.
Ha emprendido el camino de la devaluación de los salarios en
lugar de apostar por la innovación, las energías limpias o la investigación.
Su repetida excusa es que con la herencia recibida no hay
otra alternativa. Esto es una falacia cómo se puede comprobar con lo apuntado
antes y en la entrada de este blog “¿Quién paga los platos rotos? Hay otra
política posible.
Las cuentas del estado se componen de una partida de
ingresos y otra de gastos.
El gobierno se ha empecinado en recortar gastos que afectan
a los sectores más indefensos de la sociedad y a aspectos fundamentales de la
salud y la educación, pero no ha tocado gastos militares (como el de la
participación de nuestras tropas en misiones internacionales). No se han
eliminado privilegios de nuestra casta política y gobernante. ¿Para cuándo la
eliminación del senado?
Para intentar aumentar la partida de ingresos, se ha
adoptado el recurso fácil de subir los impuestos (IRPF e IVA), aún a sabiendas
de que aumentará la recesión y de que afectará más a las capas menos pudientes.
Sin embargo, no se ha hecho nada serio para combatir el fraude y la evasión
fiscal, que anidan en las empresas y sectores más adinerados de la sociedad.
¿Por qué no se aumenta el número de inspectores de Hacienda?
¿Por qué no se ha subido el IVA a los artículos de lujo?
¿Por qué la Iglesia no paga el IBI?
¿Por qué no se pone un impuesto a la especulación en valores
bursátiles o a las transferencias monetarias a paraísos fiscales? Sí, ya sé no
serviría de nada que lo hiciéramos nosotros solos.
Olvidamos que la lucha contra la esclavitud comenzó en Europa
en un solo país (Dinamarca) hasta que se extendió a otros.
Nuestro problema de deuda púbica tiene su origen en el
desfase originado por la caída de ingresos (por la disminución de la actividad
económica causada por el estrangulamiento del crédito y la explosión de la
burbuja inmobiliaria) y el aumento de los gastos ocasionado por ejemplo por el
aumento del paro.
El montante de nuestra deuda se ha disparado en el último
año por un ataque especulativo conjunto de fondos de inversión y agencias de
evaluación que ha ocasionado que tengamos que pagar más interés por nuestros
préstamos.
Sin embargo los números nos dicen que el gobierno miente en
su discurso diario: nuestro principal problema no es la deuda (60% del PIB en
2010 frente al 83% de Alemania, el 119% de Italia o el 200% de Japón), sino el
paro del 25% de la población.
A pesar de ello, los esfuerzos y las urgencias han sido
dirigidos a reducir la deuda y el déficit (del 9% en 2010 frente al 10% de EEUU
o Reino Unido). Con una gran excepción: se ha ayudado desmesuradamente a los
bancos con dinero público, a sabiendas que eso aumentaría el déficit y la deuda
que pretendemos reducir.
¿Por qué es así?
Porque con ello se ayuda a sectores poderosos (banca,
empresas inmobiliarias) que apoyan una política de derecha económica “liberal
interesada” (beneficios para mí, pérdidas para los españolitos). Se les tapan
los agujeros de los desmanes del boom inmobiliario y su mala gestión, cuando no
directamente robo; en lugar de hacer que respondan con el patrimonio de las
empresas y el de sus directivos (¿Cuántos de ellos han sido desahuciados?).
El gobierno también gana: con su política de miedo, recorte
y miseria impone bajo cuerda su modelo de sociedad: más autoritarismo y menos sanidad
y educación púbicas.
Algunas fuerzas económicas externas internacionales también
han aportado su granito de arena:
Desde que el euro se instauró y tomó fuerza como moneda de
reserva internacional, un sector del poder económico mundial (que defiende el
dólar como moneda refugio) lucha por destruir o debilitar el euro. Por eso se
está siguiendo una estrategia de caída de países como fichas de dominó (Grecia,
Portugal, España,….Italia, ¿Bélgica?).
Este fin último se consigue con los ataques especulativos.
Las agencias de calificación preparan el terreno con informes negativos que
elevan extraordinariamente los intereses que deben abonar los países para
colocar su deuda. Deuda que luego suscriben los fondos y bancos especuladores
con jugosas ganancias. Eso impide al país financiarse y tiene que ser
“rescatado”. Por supuesto, los “rescatadores” lo primero que se aseguran es de
cobrar los primeros, a costa de servicios esenciales como la educación y
sanidad. Actúan como sanguijuelas gigantes que chupan todos los recursos de
esos países.
Los números macroeconómicos no son tan importantes, (España
no tenía una cifra preocupante de deuda), sino la posibilidad de especular.
¿Por qué se cebaron los especuladores con España y no con Japón que tiene desde
hace décadas mucho más déficit y deuda?
Por la sencilla razón de que España es más fácil de
desestabilizar (es un mercado más pequeño) y está en la zona euro.
Los cientos de miles de millones de dólares que se mueven
por el mundo buscan ganancias especulativas allí donde más fácilmente las
pueden encontrar. Sea el gobierno del PSOE o del PP. Los especuladores buscan
la ganancia especulando con alimentos, petróleo o cualquier cosa que les
produzca beneficios; sin importarles las consecuencias en la población mundial.
Nuestro gobierno ha seguido la táctica de escapar de la
crisis cavando hacia abajo. Nos dicen que tocaremos fondo. Desde luego, que
algún día será así. Hasta la fosa de Las Marianas tiene fondo. O tal vez…,
¿seguiremos cavando y nos achicharemos con el calor de las rocas fundidas del
manto?
Mientras lo hacen, nuestros dirigentes nos dicen que sufren
por nosotros con la política económica que se ven obligados a practicar. Que,
por cierto, no les gusta.
Si no les gusta, tengan un poco de dignidad, niéguense a
aplicarla, levántense, peguen un puñetazo en la mesa y váyanse. No sufran y no nos
hagan sufrir.
Disfruten de su privilegiada jubilación de políticos en el
Caribe. La vida es corta.
Además el paraíso queda cerca…al
menos, el fiscal.